PROFETAS LEJOS DE SU TIERRA

La calidad de las telenovelas mexicanas es bastante cuestionable, salvo loables excepciones como lo fue Mirada de Mujer (producida por Azteca TV), la mayoría se dedica a repetir la vieja historia de la niña pobre pero honrada que termina enamorándose del joven rico.

Claro que esa trama pasa por variantes geográficas, de época y hasta edades. Algunas veces se han cambiado los papeles, sin mayor éxito, y ha sido la mujer la poderosa y el muchacho el muerto de hambre.Como digo, no voy a abogar por la dudosa trascendencia de estas novelas rosa, pero lo que es innegable es que muchos actores y actrices le deben a este mercado mexicano, un justo reconocimiento a su arte.

Y entre esos artistas también hay peruanos, y no me refiero necesariamente a los compatriotas que ahora último han decidido probar suerte en la TV extranjera, como son Christian Meier, Diego Bertie, Gianella Neyra y, con menos éxito Andrea Montenegro, Bernie Paz o Gonzalo Revoredo.

A quienes quiero hacer mención son a dos talentos como Ricardo Blume y Saby Kamalich, quienes han aparecido en múltiples telenovelas, obras de teatro y hasta películas, con singular suceso.A Blume lo tenemos, en estos días, de visita en el Perú, con motivo del Festival de Cine de la Universidad Católica.

Él ha venido con la misión de presentar el filme Mezcal, donde se luce actuando. Y aprovechó para reflexionar sobre lo difícil que es trabajar como actor en el Perú.Saby, por lado, sigue manteniéndose vigente.

Hace poco la vimos interpretando a una amargada y malvada matriarca en la producción internacional Gitanas, una telenovela que si rompió esquemas.Como vemos esa moda de nuestros artistas de emigrar a otros países para tentar fortuna, no es nada nuevo, ni tampoco descabellado.