FARÁNDULA LIMEÑA

lunes, agosto 28, 2006

BAILAN LAS ESTRELLAS

Un espectáculo de aquellos que a veces podemos presenciar una sola vez en la vida, así fueron las presentaciones de piezas clásicas de ballet que realizaron las Estrellas del teatro Colón, tanto en Lima, como en Trujillo.

Cuando se habla de este tipo de arte, por lo general nos transportamos a Rusia, de donde surgieron bailarines de la talla de Rudolf Nureyev, Mikhail Baryshnikov o Anna Pavlova.

Pero Argentina siempre ha sido la luz del ballet en nuestro continente, y ninguna cuna artística como la del teatro Colón.Hace un cuarto de siglo que no teníamos la oportunidad de reencontrarnos con los exponentes de esta escuela de baile.

Y esta ocasión realmente valió la pena, con fragmentos de El Corsario, Don Quijote, El Lago de los Cisnes o El Cascanueces, nos acercaron a una muestra de talento digna de los mejores escenarios.

La importancia del ballet en el país gaucho es tal, que el que aún es considerado el mejor bailarín del mundo, en actividad, es un argentino que se inició en el Colón, hablamos del gran Julio Bocca, que este año justamente hace su despedida.

Si bien, como es de suponerse, Bocca no estuvo entre los siete artistas que nos visitaron, quien si llegó es uno de sus compañeros de varias veladas artísticas, Alejandro Parente , quien encabezó este grupo de estrellas.

El se destacó con claridad bailando el Pas de Deux de Don Quijote, junto a Maricel de Mitri, otra de las preferidas del mencionado primer bailarín de Argentina.De Mitri es la perfecta compañera de Parente en el escenario, ella conjuga el talento, la disciplina y la gracia.

Se las ingenió para darle vitalidad, a un veterano Alejandro en la segunda extenuante pieza, La Bayadera, donde el divo respondió, aunque no con las mismas fuerzas que con el Quijote.

Pero, el equilibrio fue fundamental en el elenco seleccionado, si el líder ya no tenía la vitalidad de antaño, sus compañeros Vagram Ambartsoumian y Edgardo Trabalon mostraron ser dignos sucesores, sobretodo este último, derrochando energía en el Grand Pas Classique y en su unipersonal de Gopak.

De las otras mujeres, la más destacada fue Carolina D Urso, quien mostró su fuerza interpretativa en la exquisita escena de la Muerte del Cisne, que requiere mantenerse en puntillas realizando un exigente y bello baile. Sus compañeras Silvina Vaccarelli y Gabriela Alberti, también cumplieron, pero sin tanto brillo.

A tener en cuenta la masiva asistencia de público, estos espectáculos tienen acogida, hace un mes también quedo demostrado con la presentación de El Corsario, en el teatro Segura, donde el primer bailarín ruso Iván Korneyev acompañó al Ballet Municipal de Lima, en el 150 aniversario de esta obra.