FARÁNDULA LIMEÑA

jueves, agosto 31, 2006

LA PENA DE MUERTE

He querido dejar que pase un poco la ola sobre la discusión de la pena de muerte a los violadores de niños para tocar este espinoso asunto desde un punto de vista distinto, ayudados por el arte, más exactamente el cine que ha tocado este tema múltiples veces.

Yendo a la pena capital, hay películas que se han adentrado en los pormenores humanos de la misma. A mi gusto, ninguna como Pena de muerte, o como fue titulada, en EEUU, Dead Man Walking (Hombre muerto caminando).

Este nombre expresa mucho, pues cuando un condenado a muerte ingresa al recinto donde será ejecutado, el guardia anuncia que un hombre muerto está caminando.

La cinta no sólo impacta por su título, sino también por el acercamiento a un hombre que sabe que sus días están contados (Sean Penn) y por el de la religiosa que entabla un vínculo con él (Susan Sarandon).

El filme puede ser visto como un alegato en contra de la pena de muerte, pero no es ni sencillo ni evidente. Dado que muestra las dos caras de la moneda, al tratarse de un hombre que asesinó a una pareja de adolescentes.

Los padres de uno de ellos aceptan que la ejecución no les devolverá a su hijo, mientras los del otro se sienten vengados.¿Quién tiene la razón? La respuesta la debe hallar el propio espectador.

Para mí la fuerza de esa historia supera a otras del mismo corte por un hecho fundamental, el acusado es culpable del horrible crimen.

Por ejemplo, en Milagros Inesperados, el personaje interpretado por Michael Clarke Duncan, es inocente y, sin embargo, es ejecutado.Y, entonces, sé esta tocando otro tema diferente, no hablamos de la legitimidad de la pena de muerte, sino de un error mortal.

Esta clase de equivocaciones son comunes en países donde la pena capital es contemplada por la ley. Los jueces y policías presionados por hallar culpables se apuran en dictar sentencia.

Bastaría una libre opinión, totalmente personal: de encontrarse que un ajusticiado es inocente, porque no condenar al mismo castigo a aquellos que se apresuraron en juzgarlo.

Un caso local, y el que ha generado mayor polémica, es el del llamado monstruo de Armendáriz. Jorge Villanueva Torres fue fusilado por ser el presunto autor del asesinato y violación de un niño de tres años.

El proceso judicial fue irrisorio, las pruebas, hoy son penosamente recordadas como la necesidad de hallar un culpable adecuado, un hombre negro.

Ese drama constituye el único acercamiento del cine peruano a la pena de muerte, el primer largometraje de Francisco Lombardi, la soporífera Muerte al Amanecer, fue basado en ese caso.

Me permito recomendar otra película que habla esta vez sobre la pedofilia, y el tratamiento legal y sicológico que se le da en los EEUU.

Crimen Inconfesable nos entrega una de las más brillantes interpretaciones de Kevin Bacon, como un pedófilo que lucha por regenerarse. Juzgue por si mismo, la cinta es simplemente excelente.

La polémica esta abierta, y tan pronto se registre un nuevo y lamentable caso de abuso sexual a menores volverá a las primeras planas. Desde mi posición, a pesar de que no soy partidaria de disponer de la vida de nadie, aún no sé si cerrarme del todo a la pena capital.

Lo que sí puedo recomendar es un debate más alturado, sé que las intenciones de la parlamentaria Lourdes Alcorta son buenas, pero su comportamiento afiebrado desdibuja y caricaturiza su postulado, vamos señora, un poco más de calma para exponer sus ideas le va a hace mejor a su hígado y a su causa.