HACER LEÑA DEL ÁRBOL CAÍDO

Es una costumbre desleal y facilista criticar a quienes no pueden responder, cebarse en los que se muestran inofensivos, pegarle a sujetos que causan repudio en el público masivo.

Eso exactamente hizo Nicolás Lúcar en la última emisión de ese magazine que conduce, que se llama Hora D, y que debería llamar mejor hora de rajar.

Lúcar, que hoy se cree limpio de todas sus culpas, presentó un reportaje sobre la miseria que viven a diario los hermanos y sobrinos del ex futbolista (por lo menos a mi juicio) Carlos Kukín Flores, demostrando que su sensacionalismo sigue a flor de piel.No voy a discutir el desperdicio en el que Kukín convirtió su vida, sobretodo si tenemos en cuenta el talento que tenía en sus pies.

Tampoco tengo que ocultar la enorme cantidad de desmadres convertidos por este sujeto, ni pienso defender sus adicciones ni delitos. Y, por si acaso, no soy hincha del Sport Boys.

Pero, no por eso está bien que cada vez que cierta prensa quiera algo de notoriedad recurra a revivir a Flores. Él ya no patea la pelota, ni busca las cámaras, según tengo entendido está intentando dejar sus vicios y reconstruir su relación con la madre de sus hijos.

Claro, que destacar ese brote positivo no vende, y eso Nicolás lo sabe. Entonces manda sus cámaras a grabar a los hermanos drogadictos del ex jugador del Boys y otros equipos lorchos, haciendo público el paupérrimo nivel de vida que llevan.

Nos presenta a la hermana enferma de Kukín y a sus sobrinos, y en todo el reportaje está presente el tono acusador al pelotero.

Pues bien, voy a ser dura y probablemente más de uno esté en desacuerdo, pero en mi opinión Carlos Flores no es responsable por los problemas económicos de sus hermanos. Hasta donde conozco él, pese a sus defectos ve por su mujer e hijos, y también cuida de su madre.

Lo otro es caridad, y se da cuando uno quiere o puede. La pantalla engañosa quiere hacer pasar la situación monetaria de Kukín como boyante, y esa es una mentira. El futbolista tuvo que aceptar contratos desventajosos con tal de sostener a su familia.

El dinero de antaño ya lo dilapidó.Si Nicolás quiere mostrar familias miserables que empiece por casa, ahí tiene a su suegro y cuñado que a diferencia de Kukín no defraudaron a sus hermanos, sino que le robaron al Perú entero.