FARÁNDULA LIMEÑA

lunes, octubre 09, 2006

PANODRAMA

Las últimas emisiones de Panorama se han caracterizado por presentar reportajes que abordan los abusos sexuales contra menores de edad, ya sea por los actos de un sujeto enfermo que daba rienda a sus más bajas pasiones con niños y adolescentes, o por la prostitución infantil que afecta a nuestra plaza San Martín o a otros sectores turísticos.

En la emisión del programa del domingo 24 de setiembre, el tema fue el turismo sexual de los púberes de Iquitos. Tanto una chiquilla, como un muchacho contaban con lujo de detalles cómo fueron introducidos en el sombrío mundo del mercadeo del sexo.

Es posible que esas denuncias sean vistas como una protesta frente a estos deleznables delitos. Pero, en la manipulación de la información se trasluce un evidente sesgo a la morbosidad, que me recuerdan aquellos reportajes que Beto Ortiz hizo sobre los pirañitas, tema que, como sabemos, trajo harta cola.

El polémico periodista contó en su libro autobiográfico, Maldita Ternura, cómo sus jefes le exigían presentar periódicos informes sobre los niños de la calle, por lo que el ex conductor de TV le sacaba la vuelta a distintos temas, con tal de apelar al morbo del televidente.Sabemos que esa es una forma eficaz y que en Panamericana la usan como el mejor recurso para sumar puntos de ráting de sus pocos productos rentables.

Jessica Tapia y sus incondicionales, Álamo Pérez Luna y Alejandro Guerrero, parecen haber hallado una fórmula ideal de enganchar al público.Claro, que el lema que esos adalides de la prensa enarbolan es "todo es valido para permanecer en la palestra". Así lo demuestra una endeble denuncia contra la bailarina Karen Dejo, o el ensañamiento que, constantemente, lanzan contra su competencia.

Recurrir a denuncias hacia la corrupción de la inocencia infantil debe ser un tema a tocarse con guantes de seda. Y no con la desfachatez con que Panorama lo muestra.

¿Cuántas veces mostraron el cuerpo de la niña que se prostituía? ¿Era necesario mostrar las escenas de los sujetos manteniendo relaciones sexuales en las barcas?

Una vez, Magaly Medina difundió un reportaje sobre los niños que se vendían en las calles del centro de Lima, y un reportero se encerró con varios de estos muchachos en una habitación de un hostal para mostrar hacia dónde llegaban. Una cabal vergüenza.

Los límites entre el periodismo de verdad y el de cloaca pueden ser muy leves, pero al romperlos le quitamos dignidad a nuestra profesión.