FARÁNDULA LIMEÑA

sábado, noviembre 11, 2006

EL HORROR DE ORIENTE

El lejano oriente se empezó a abrir a la cultura occidental, y esa no es ninguna novedad, pero esa es una realidad totalmente reciproca, pues los gringos también se han visto invadidos por los productos Made in Japan, desde su comida hasta sus automóviles, y ahora su cine de terror, que se ha vuelto tremendamente popular.Basta decir que uno de los últimos éxitos de ese género, El Aro, es la adaptación de Ringu, del cineasta japonés Hideo Nakata.

La historia de la niña del pozo, Sadako o Samara, es ya un clásico entre los fanáticos de los filmes de horror, aunque la calidad como producto de la versión oriental es bastante mejor que la gringa.

Sadako le abrió las puertas a una vertiente fluida de producciones niponas que tratan sobre fantasmas, aguas oscuras o maldiciones, en la mayoría de las veces con resultados menos efectivos que los logrados en país del sol naciente.

Un motivo puede ser que la mezcla de ambientes urbanos con zonas, y tradiciones, campesinas puede funcionar mejor en Japón, donde ambas realidades prácticamente conviven, y se contradicen, que en los EEUU, donde la segmentación es mucho mayor y más remarcada.

No sólo lo japonés anda de moda, pues Tailandia también ha aportado lo suyo con La Semilla del Mal, aunque esta vez bajo el ojo del realizador británico Paul Spurrier. Corea del Sur no se queda atrás y actualmente tenemos en la cartelera limeña Hipnosis Mortal, que viene precedida de muy buenas críticas.

Queda claro que los gringos han empezado a saturarse del terror fácil y evidente, como el ocasionado por los asesinos seriales de la talla de Jason Voorhees, Freddy Krueger y Michael Myers, para mayores señas los recordados protagonistas de las series de filmes Martes 13, Pesadilla en la Calle Elmo y Halloween.

Los temas más esotéricos, si se quiere fantasmagóricos, empezaron a sumar simpatías después del suceso de Sexto Sentido, y la estremecedora presencia del niño que veía gente muerta, interpretado con solvencia por el otrora infante Haley Joel Osment. Otra cinta que fue muy visible fue Los Otros, donde Nicole Kidman descubre su condición de espíritu.

Otros buenos intentos de horror son los casos del filme mexicano El Espinazo del Diablo, y actualmente la española La Monja, que parece tener todos los ingredientes necesarios para escarapelarnos la piel.

Ambas producciones recurren a los restringidos ambientes de los colegios religiosos.Ya lo saben, si quiere ver películas de miedo no recurran a alguna previsible gringada, pues hay otros mercados cinematográficos que ofrecen opciones más que interesantes. Una deuda pendiente para el Perú, cuyo misticismo podría inspirar alguna buena cinta de horror.