SOLO LOS SOPORTA EN DIBUJOS

Detrás de la magia de la TV hay mucho más de lo uno que puede percibir a simple vista, la armonía que reinaba en Acapulco entre el Chavo del 8 y sus amigos de la vecindad era el final de una bella época, disfrutada por generaciones de personas desde hace ya varias décadas, porque luego de ese episodio ya nada fue lo mismo.

En la siguiente temporada del ya mítico programa mexicano, se extrañó la presencia de Quico y Don Ramón, quienes prefirieron emigrar a Venezuela por mejores oportunidades laborales. Fuera de la ficción se desató una lucha sin cuartel entre los intérpretes de estos personajes, Carlos Villagrán y Ramón Valdés, con Roberto Gómez Bolaños, el Chavo para mayores señas.

El inexorable tiempo dictaría que esa no sería la única pelea entre el creador y sus creaturas, pues con la Chilindrina también se distanciaría.

Todos estos conflictos se fundaron en la propiedad intelectual que Chespirito tenía sobre todos los miembros de la vecindad.¿Qué pasaba realmente? En aquellos años lo referente a los derechos sobre los personajes y el guionista, o la empresa que les daba pantalla, no estaban delineados del todo. La historia de esa pelea surge justamente de la informalidad de esas leyes, hoy totalmente establecidas.Roberto Gómez era dueño de la idea original, donde el Chavo tenía vecinos tan particulares como un niño pituco y una traviesa.

Pero, era responsabilidad de cada actor ver detalles como vestuario, gestos, clisés, y otros atributos con los que iban diseñando al personaje.Por ello no es descabellado decir que Quico es hijo de Roberto Gómez Bolaños y Carlos Villagrán, y que la pelea era para ver quien se quedaba con la custodia de este vástago cachetón.

A mi gusto personal, la humildad y nobleza del Chavo del 8 era solamente de la pantalla para adentro, por lo menos en lo que al trato con sus compañeros de trabajo se trataba.

En México, Chespirito (Bolaños) tiene derechos plenipotenciarios sobre sus creaciones, y por ello se da el gusto de volver a juntar al Chavo y sus amigos.

No se emocione, que no se trata de ninguna reconciliación tardía, ni tampoco de resurrecciones milagrosas (un tercio del elenco goza de mejor vida), el tema pasa por un producto animado.

He aquí el motivo del titulo de este post, que refleja que Roberto Bolaños sólo puede juntarse con la vecindad original e integra del Chavo del 8 por medio de los dibujos, aunque al Quico y la Chilindrina de carne y hueso aún no los puede ver ni en pintura.