FARÁNDULA LIMEÑA

lunes, noviembre 20, 2006

TIENEN SU SEGUNDO TIEMPO

El anunciado regreso de Phillip Butters y de Micky Rospigliosi al periodismo deportivo televisivo es, sin duda, interesante para todos aquellos a los que les gusta el fútbol, y la polémica, pues los actuales programas dedicados a ese deporte pecan de aburridos o mermeleros.

Les falta la necesaria cuota de denuncia y achoramiento que caracteriza a los mencionados comunicadores.

Pero se deben cuidar de caer en sus antiguos vicios. Ambos suelen ser críticos al poder de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), y es positivo, pues la mayoría de los peruanos creemos que personajes como Manuel Burga deberían dar un paso al costado, sobretodo por sus cuantiosos fracasos deportivos.

Pero una cosa es darle espacio a la crítica y otra es dedicarse solamente a ello. Butters y Rospigliosi han demostrado tener la capacidad de dedicarle programas enteros a despotricar contra la FPF, repitiendo una y otra vez las viejas quejas, que aunque compartimos, terminan hastiando. Bueno es culantro, pero no tanto.

También es importante que respalden sus acusaciones con pruebas, eso es solidez, lo otro no es ético y le quita seriedad a sus postulados.

Otra falencia común en ambos comunicadores es la de caer en insultos o burlas dignas de un barrabrava, como las de las insinuaciones sobre las preferencias sexuales de tal o cual dirigente.

Phillip debe bajarse de su nube y pisar tierra, cuando conducía Al Ataque muchas veces se dedicaba a ponerse boca a boca con varios futbolistas, y a endiosar a otros. Sus preferencias por Erick Delgado le causó tener que retractarse públicamente, otro tanto le pasó con su evidente simpatía con Jorge Monteverde, presidente del Sport Boys, quien está terminando de hundir a la misilera.

Con Micky las cosas son más preocupantes. Pues él sí tiene rabo de paja, y muchos lo saben.

Ahora ha roto palitos con uno de los personajes más funestos del fútbol lorcho, para mayores señas un rollizo ex presidente de uno de los clubs más importantes del medio local, pero durante mucho tiempo fue su fiel escudero.

Este retorno a la pantalla chica deberían asumirlo, los dos, como una nueva oportunidad. Aunque, siendo sincero y pesimista, dudo que ambos hayan aprendido su lección.

Por lo menos sazonarán un poco las opciones que nos da la TV, y le darán la contraparte a gente como Eddie Fleishman, a quien sólo le falta declararle amor eterno a Burga.