LA PEOR VENTANA

Cuando uno ve el actual estado de Panamericana Televisión cuesta imaginar que hasta hace unos pocos años era el canal de TV que daba la hora en el Perú: hoy es una frecuencia que se limita a únicamente subsistir, con un rating que la coloca como una señal de antena fría.

En todo el 2006, el incidente que más llamó la atención fue un sonado conflicto amoroso, pero no vaya a creer amigo lector que estamos hablando de alguna de las insípidas telenovelas que transmite la empresa gerenciada por Genaro Delgado Parker, sino un lío romántico entre sus propios trabajadores.

Ya todos saben del mentado caso de Álvaro Maguiña y Jessica Tapia, y la verdad no es mi intención volverle a dar cabida a semejante escandalete.

Pero, en un balance del año en el canal de la avenida Arequipa, no podía dejar de mencionarlo.

Daba la impresión que Delgado Parker también quería explotar todo este asunto, porque después de sacar a Maguiña de sus filas se dedicó a comentar que lo quería ayudar, que iba a interceder por él con Alejandro Guerrero.

Lo único que le faltó al broadcaster fue ofrecerse a hacerle el bajo a Alvarito con Jessica.

Tapia, por su parte, siguió al frente de Panorama, que cada semana ha ido tomando la forma de magazine de farándula, dejándole el peso político a Pulso, que es uno de los pocos buenos programas de Panamericana.

El show de Jessica recoge temas tan fundamentales como los enredos de las vedettes y responde a interrogantes trascendentales como ¿Qué fue de los actores de Baywatch?.

Dos personajes que saboreaban cierto buen momento televisivo comprobaron en carne propia la saladera en que se ha convertido el canal 5.

El ex Polizonte, Carlos Galdós, experimentó el mayor bochorno de su vida en el espacio nocturno que condujo a inicios de año.

Como será que a fines del año pasado todos se peleaban por Carlitos, y hoy nadie habla de él.

El otro fue Phillip Butters, al que los hombres ¿pensantes? de Panamericana lo convencieron de que iba a ser el próximo César Hildebrandt.

El conductor de programas deportivos se tragó el cuento y aceptó conducir Buenos Días Perú, con resultados totalmente lamentables.

La única luz del canal la puso, en un inicio, Mónica Zevallos con su Vale la Pena Soñar, aunque el formato repetitivo de este espacio y el apacible estilo de conducir de la suavecita derivaron en que los sueños se conviertan en ronquidos.

Los programas copiados como Baila con las Estrellas o Superstar tuvieron su cuarto de hora.

Desgraciadamente los pobres recursos con que se manejaban y el hecho de que uno pudiera ver los originales por el cable, hicieron que fueran reemplazadas por las películas de archivo con que cuenta el cinco, la mayoría bodrios de artes marciales.

En la esquina de la TV viven del recuerdo, y es por eso que su mayor activo son las grabaciones de sus antiguos programas, en el 2005 consiguieron algo de sintonía con el documental sobre Augusto Ferrando, quizás deberían dedicarse a promover a sus glorias del pasado.

En fin la máxima de Don Genaro parece ser: Todo tiempo pasado fue mejor.